En el capítulo anterior nuestro héroe de folículo rebelde yacía en el piso de su cocina americana con una contusión que lo privó de conciencia. El aceite de precio al alcance de la mano de la dueña de casa de hoy, comenzaba a incendiarse y a emitir llamas hacia la campana de extracción marca Mabe. El combustible de estas llamas eran las sopaipillas que con tanto amor, Acuenta lleva a nuestras mesas chilenas. En la campana se comenzaron a derretir sus partes plásticas que caían como gotas de fuego sobre la superficie de la misma cocina y un mueble cercano. Sobre dicho mueble un paño de cocina marca Roberta Allen (IL Calvino cocina con estilo, sin lavarse las manos pero siempre con estilo) se prendió casi de forma instantánea, siendo el enlace de las llamas hacia sus cortinas tan delicadamente escogidas con una (ahora) ex-algo (IL calvino no cataloga sus relaciones de forma convencional, él solo las lleva al cielo y luego las deja caer como hojas en otoño, un referente masculino). Pero este momento no era de aquellos, el Palacio de las Sensaciones estaba en llamas.
Paralelo a todo aquello una de sus ex-algo (Azafata, 1,75 mts, piel canela, ojos color miel, cabello ondulado) caminaba por la calle que da a uno de los ventanales del hogar de nuestro salvador. Ella recordó la champaña, las risas, el jacuzzi, el cielo y el portazo... ¿Qué se ha imaginado este pelado guatón parrillero? Ni el piloto de Lan, ese que gana más que cualquier bio-algo (ella sabe cuatro idiomas y nunca pudo recordar el título de ese amante furtivo) me trató así. Voy a decirle un par de wueas a este #$%&#$%. Furiosa, golpeó insistentemente la puerta del Romance sin Compromiso. IL calvino tiene la mala costumbre de cocinar con música de fondo a todo volumen. Antes de los trágicos sucesos, IL calvino había puesto un mix de Lady Gaga y Cecilia de la Nueva Ola que se hizo el mismo. Sin embargo, el humo que salía bajo la puerta era aun más llamativo. ¿Será tan caliente este wueón? se preguntó ella. Pero la razón se impuso. ¡Esto es más grave!.
Continuará ...
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