Debo admitir que las últimas semanas han representado un cambio significativo en mi vida: me fui de la casa, empecé a vivir "solo" (arriendo una pieza a una señora a pocas cuadras de la U), estoy trabajando entre laboratorio y docencia, y no estoy estresado. De hecho, me siento mejor que nunca, ya que por fin estoy haciendo cosas que en realidad me satisfacen. Es indudable que han habido costos sentimentales involucrados, pero de a poco estoy observando algunos cambios en mi forma de ver la vida, y de actuar frente a ella. ¿Será la independencia? ¿O el cambio de aire? ¿O a lo mejor son mis nuevos jefes que me ayudan a no sentirme tan inseguro? Me parece que al final es una mezcla de todo lo que me lleva a esta nueva situación. Y aunque no lo crean el venir para acá no me ha significado ningún sacrificio, ya que estoy haciendo esto porque quiero hacerlo, no porque sea una imposición. Obviamente necesito la plata (y por consiguiente, el trabajo), pero en mucho tiempo no me sentía con ganas de hacer cosas, a tal punto que casi vendría a trabajar los fines de semana (¿me estaré volviendo loco?).
jueves, 30 de abril de 2009
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