jueves, 30 de abril de 2009

Satisfacción

Debo admitir que las últimas semanas han representado un cambio significativo en mi vida: me fui de la casa, empecé a vivir "solo" (arriendo una pieza a una señora a pocas cuadras de la U), estoy trabajando entre laboratorio y docencia, y no estoy estresado. De hecho, me siento mejor que nunca, ya que por fin estoy haciendo cosas que en realidad me satisfacen. Es indudable que han habido costos sentimentales involucrados, pero de a poco estoy observando algunos cambios en mi forma de ver la vida, y de actuar frente a ella. ¿Será la independencia? ¿O el cambio de aire? ¿O a lo mejor son mis nuevos jefes que me ayudan a no sentirme tan inseguro? Me parece que al final es una mezcla de todo lo que me lleva a esta nueva situación. Y aunque no lo crean el venir para acá no me ha significado ningún sacrificio, ya que estoy haciendo esto porque quiero hacerlo, no porque sea una imposición. Obviamente necesito la plata (y por consiguiente, el trabajo), pero en mucho tiempo no me sentía con ganas de hacer cosas, a tal punto que casi vendría a trabajar los fines de semana (¿me estaré volviendo loco?).

miércoles, 8 de abril de 2009

Relaciones

pfffffff

Hace tiempo que no pasaba por aquí (creo que es una frase cliché en estas lides). En realidad no me había dado de escribir, porque por un lado he estado ocupado aprendiendo a ser independiente, ya que para los que no recuerdan me cambié de ciudad por trabajo. En general no puedo quejarme, ya que muchas de las cosas que he vivido en este tiempo afuera eran cosas que esperaba. Tenía algunas nociones de las labores domésticas, así que no he tenido mayor problema con eso, y aunque admito que no es fácil ser adulto para alguien acostumbrado a tener algunas actitudes infantiles, el cambio no ha sido tan dramático como esperaba (al menos de mi parte). En eso creo que han sido de ayuda algunas personas que me han apoyado en mis primeros dias acá y que han estado cuando los necesito (y por lo cual estoy muy agradecido). En todo caso, creo que la parte más difícil se la han llevado mis padres, acostumbrados a tenerme como apoyo permanente en casa, ahora tienen que lidiar con las cosas domésticas en mi ausencias, pero al menos creo que lo han sobrellevado bien (al menos no me llaman a cada rato para saber como estoy).

Haciendo un balance general, no echo de menos a Santiago, pero sí a mucha gente a la que no veo ni hablo por razones varias. Ya no me conecto tan seguido a internet (por lo que tampoco escribo los fines de semana), y no es lo mismo hablar por celular (no tengo tantos minutos para llamarlos a todos). Sin embargo, siento el apoyo de mis amigos, que de una forma u otra se hacen sentir y se preocupan, así que al menos creo haber dejado alguna huella en algunas personas.

En todo caso, echo de menos a una persona en especial, que me gustaría ver o hablar más seguido, pero que obviamente no puedo. A pesar de ello, cuando nos vemos, siento que nuestra relación es algo especial, y no quiero perderlo, así que tendré que adaptarme a esta situación por un tiempo. Sólo espero que el tiempo nos aguante...